Peugeot 208: re-generación ergonómica al volante
Hay automóviles que crean escuela, que marcan tendencias rompiendo los códigos establecidos y avanzando el futuro. El nuevo Peugeot 208 es uno de ellos, lo que le ha permitido distinguirse en muy poco tiempo como un producto líder entre los de su clase. Lo dicen los usuarios, los tenders, que lo han entendido claramente desde su puesta en escena. Son las personas que marcan la pauta, que crean estilo y que se distinguen por su audacia a la hora de avanzar las corrientes estilísticas que nos trae el futuro. Y el 208 defiende ese ejercicio inédito, sobre todo en su ergonomía y en su puesto de mando, con un volante reducido y una instrumentación sobreelevada que dan acceso a una experiencia de conducción emocionante, generadora de un placer intrínseco a los modelos más reconocidos de historia de la Marca.
Un volante pequeño para una experiencia de conducción inédita
Reducir el diámetro del volante era una idea nueva, transgresora, pero fundamentada en razones prácticas, procedentes de ese diseño que siempre responde a la función, el llamado diseño eficiente. Elevar la posición de la capilla de instrumentación cobraba entonces importancia vital como complemento ideal para poner en práctica el nuevo volante. Todo ello en conjunto marcará tendencia en el futuro, una tendencia en la que, como en tantas otras ocasiones anteriores, Peugeot ha sido pionera. El objetivo final es facilitar la maniobrabilidad y aumentar las sensaciones de conducción, optimizando a la vez la lectura de las informaciones e incrementando el confort y la seguridad al no tener que apartar la vista de la carretera al consultar el cuadro de instrumentos. Porque, una vez más, el 208 no representa una evolución, sino que rompe completamente con los códigos establecidos al proponer una nueva ergonomía de conducción, evidente, natural, en beneficio de la facilidad de guiado, de la manejabilidad, de la precisión y del descanso del conductor. Esto último se materializa con una posición de los brazos más relajada, más baja, que propicia mayor capacidad de disfrute, de alcanzar una relación más íntima y placentera con la conducción del coche: el 208.
Un puesto de mando repensado y con aceptación inmediata
El éxito del nuevo Peugeot 208 desde su lanzamiento ha permitido ya a numerosas personas probar el nuevo puesto de mando del coche. Y ha sido uno de los apartados más valorados por los usuarios del modelo. Todos los que lo mencionan en las encuestas de satisfacción de la Marca han quedado seducidos por la agilidad que proporciona al coche, algo clave a la hora de afrontar las maniobras en un uso cotidiano y de mejorar las condiciones físicas cuando se ejecutan largos trayectos al volante. Algunos conductores ven en ello un entorno estimulante e interactivo, mientras que otros citan unas sensaciones más deportivas, con una posición más sensitiva, así como una superior facilidad de conducción.
Es una nueva tendencia, un puesto de conducción totalmente repensado que proporciona un campo de expresión que creará corriente entre los diseñadores. Porque al nuevo volante de reducidas dimensiones y a la instrumentación reposicionada se suma un diseño del salpicadero que aporta líneas maestras desconocidas hasta el momento. Todo el conjunto representa un nuevo campo de trabajo que apuesta por una calidad percibida propia de marca premium, una cualidad omnipresente en todo el interior del 208 y que procede del esmerado cuidado por los detalles, una obsesión para Peugeot. Esto es algo que se plasma especialmente en el reagrupamiento de todos los mandos de audio en la pantalla táctil o en la clara reducción del número de botones y de instrumentos en beneficio de un diseño más puro, minimalista y moderno, completamente trendy a la postre.
En ello redunda igualmente una instrumentación que se ha tratado de forma tecnológica, con elementos analógicos que recuerdan a la mecánica de precisión y una retro-iluminación que aporta pureza y elegancia. Porque la ambientación luminosa ha sido otro de los apartados al que los diseñadores han dado vital importancia, con dominancia blanca, propia de productos de alta gama, para los instrumentos. A la postre, una oferta que se inscribe siempre en una ambientación contemporánea y refinada, como merece un automóvil destinado a crear escuela: el nuevo 208.